martes, 29 de septiembre de 2015

Fases de la Negociación

En toda negociación se pueden distinguir tres fases diferenciadas, todas ellas igualmente importantes, lo que hace que sea muy importante reconocerlas para mejorar la eficacia de las negociaciones.
1.    Preparación
2.    Desarrollo
3.    Cierre

La preparación 
La preparación es el periodo previo a la negociación propiamente dicha y es un tiempo que hay que emplear en buscar información y en definir nuestra posición:
Recopilar toda la información pertinente sobre nuestra oferta, sobre nuestros competidores y sobre la empresa con la que vamos a negociar.
Definir con precisión nuestros objetivos, la estrategia que vamos a utilizar y las tácticas que vamos a emplear.
 También hay que contactar con aquellos departamentos de la empresa a los que les pueda concernir esta negociación con objeto de informarles y unificar criterios.
 Hay que conocer con exactitud nuestro margen de maniobra: hasta dónde podemos ceder, qué tipo de acuerdos podemos firmar y qué otros requerirán autorización de los órganos superiores.
Casi tan importante como el propio encuentro con la persona, ya que hay que establecer los objetivos que se van a conseguir, se pensará qué es lo que se va a exigir teniendo en cuenta de qué se puede prescindir, se busca toda la información posible de la otra parte y de aquello que se va a tratar y se diseñan las estrategias y acciones que permitirán llegar a estos objetivos en la reunión final

El desarrollo 
El desarrollo de la negociación abarca desde que nos sentamos a la mesa de negociación hasta que finalizan las deliberaciones, ya sea con o sin acuerdo.
 Es la fase en la que ambas partes intercambian información (definen sus posiciones), detectan las discrepancias y tratan de acercar posturas mediante concesiones.
Su duración es indeterminada, requiriendo frecuentemente altas dosis de paciencia. Por lo general no es conveniente precipitar acontecimientos, siendo preferible esperar a que las ideas vayan madurando.
Es el momento del cara a cara en que ambas partes indican sus opiniones y hacen sus exigencias, de manera que cada parte intenta convencer a la otra de su posición, razonando que no discutiendo. La discusión ha de ser calmada, sin alzar la voz, sin nervios.
Una vez discutidas ambas posturas, es el momento de poner las propuestas sobre la mesa, de hacer la oferta. En este momento es cuando se pide lo máximo que se quiere conseguir, al igual que hace la otra parte, renunciando a algo para que la otra parte se encuentre satisfecha y acepte el acuerdo, pero sólo renunciando a aquello que se pueda prescindir y que ya se haya planificado en el momento de la preparación.
La negociación no se basa en conseguir lo que se quiere al momento, sino en renunciar parte de lo que se quiere para conseguir la mayoría de lo que se esperaba.

 El cierre 
El cierre de la negociación puede ser con acuerdo o sin él.
 Antes de dar por alcanzado un acuerdo hay que cerciorarse de que no queda ningún cabo suelto y de que ambas partes interpretan de igual manera los puntos tratados.
Una vez cerrado hay que recoger por escrito todos los aspectos del mismo. Es frecuente que en este momento las partes se relajen cuando, justo al contrario, conviene estar muy atentos ya que en el documento se tienen que precisar muchos detalles que hasta ese momento probablemente apenas se hayan tratado.
 Por ejemplo, cláusulas de incumplimiento, indemnizaciones, prórrogas tácitas o expresas, jurisdicción pertinente, etc.
 Un malentendido que no se detecte a tiempo o una cláusula del contrato que quede ambigua puede dar lugar el día de mañana a una disputa legal.
 La negociación también puede finalizar con ruptura y aunque no conviene precipitarse a la hora de tomar esta decisión, es una posibilidad que conviene contemplar cuando se negocia.
Más vale no firmar un acuerdo que firmar un mal acuerdo.
 Por último, señalar que una vez que finaliza la negociación conviene analizar con sentido crítico cómo se ha desarrollado, detectando aquellos aspectos que conviene mejorar.
 La negociación es un arte que exige un aprendizaje permanente.
 Cada negociación es un ensayo general de la siguiente.

Es el momento en que se ha llegado a un acuerdo y se establecen las bases para aceptar y llevar a buen puerto ese acuerdo, aunque si algo falla es el momento de renunciar al acuerdo.

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